Oficina o cafetería… he ahí el dilema: El mejor sitio para hacer negocios.
Con las herramientas que el avance de la tecnología nos brinda, cada vez más personas se avientan a tener su propia empresa, y los que se dedican al freelance o trabajos en solitario pueden conectar y trabajar con más eficacia: todos ellos con el común denominador de no necesitar un lugar o espacio al que deban enraizarse para lograr cumplir sus objetivos.
Sin embargo, más en el caso de las pequeñas empresas, al empezar a crecer nace la interrogante de si deben establecerse en una oficina, o prescindir de ella y trabajar en lugares más amenos y que no significan tanto coste, como lo serían las cafeterías con acceso a internet. ¿Te encuentras ahora en este dilema? Estas dos modalidades poseen sus ventajas y desventajas, que pueden ofrecer diferentes beneficios según tu productividad y necesidades de negocio.
Al comparar los beneficios y desventajas que una oficina o cafetería nos ofrece, es necesario definirlo mediante los siguientes lineamientos que representan las necesidades básicas que los freelancer y las empresas en crecimiento buscan:
El coste.
Una de las primeras cuestiones que surgen, si no es que la más importante, es sobre el gasto que nos representa el alquilar una oficina: trabajar en una cafetería ya nos ofrece, sin necesidad de una gran inversión, un espacio bien diseñado, muebles cómodos, acceso a internet, y claro, café; características que han vuelto a las cafeterías recintos habituales de trabajo. Además, te ahorras todas las complicaciones de pagar un alquiler y la burocracia para pagar impuestos relacionados, aumentando la rentabilidad de tu negocio. ¡Punto para la cafetería!
La imagen de la empresa.
A pesar del gran ahorro que representa laborar en cafeterías, hay un detalle muy importante que una oficina te da como valor añadido: imagen y credibilidad. Si bien nos asusta pensar en los costos y trámites, el poseer un domicilio para tu negocio le brindará a tus clientes una imagen de estabilidad, donde puedes recibirlos y tratar con ellos: con un domicilio tu negocio no parecerá una empresa fantasma que cause desconfianza. También, tendrás la libertad de elegir mobiliario de oficina y decoración que refleje parte de la esencia de tu empresa, creando un diseño interior en el espacio de trabajo, algo que en una cafetería no puedes hacer. Por otra parte, de manera interna reforzarás el contacto y los lazos con el resto de los compañeros de trabajo y se facilita la comunicación con tus colegas, así como el compartir ideas y socializar con otros profesionales.
La infraestructura.
Otro gran beneficio de contar con una oficina para tu negocio es que el espacio estará diseñado específicamente para tu empresa, contando con la infraestructura que necesitas para desempeñarte adecuadamente en tu trabajo: escritorios, sillas, internet, teléfono, y demás infraestructura que en una cafetería no encontrarás. Las cafeterías son un lugar inestable a la hora de trabajar, pues habrá muchas cosas fuera de tu control que en una oficina ya está contemplado: puede que la cafetería esté llena o no encuentres un lugar adecuado para sentarte, la música puede distraerte, se vaya el internet o sea de pésima intensidad… vaya infierno.
El desplazamiento.
Bueno, aquí va otra desventaja de tener una oficina: el tiempo que nos toma trasladarnos al lugar de trabajo. Mientras vemos como los minutos valiosos se nos escapan mientras corremos tras el autobús o esperamos el transporte para poder llegar a la oficina, en el caso de las cafeterías podemos escoger entre muchas opciones que ya existen, pudiendo elegir algún café cercano a nuestro hogar o que sea fácil de llegar con tus clientes o compañeros a la hora de reunirse; esto nos da más libertad de optimizar nuestro tiempo y poder gestionarlo.
La productividad y creatividad.
Este apartado ya depende más de cada persona y la manera en que trabaja. Para unos, trabajar en una oficina les ayuda a concentrarse a trabajar sin las distracciones que existen en una cafetería, además de trabajar junto a sus compañeros y con la confianza de tener a la mano los implementos y el mobiliario que necesitan para aumentar su productividad y realizar correctamente su labor. En cambio, muchos otros encontrarán relajante el bullicio de las cafeterías, pues las distracciones que existen ahí nos pueden dar un respiro, despejar nuestro cerebro y aumentar la creatividad: cuestión de gustos a la hora de trabajar.
La informalidad, arma de dos filos.
Antes hablamos sobre la seguridad y confianza que una oficina proyecta en nuestros clientes, pero hay que observar que en la actualidad la mayoría de los negocios que se crean y cierran ocurren fuera del entorno laboral. Aunque se tenga un escritorio, en un ambiente ajeno a la empresa las personas se abren más y están mucho menos rígidas que en el mundo corporativo; el contacto informal es una excelente oportunidad para conocer más personas, estrechar lazos y ampliar la red de contactos, como lo sería en un lugar donde las personas se reúnen para socializar y charlar amenamente, como las cafeterías.
Al final, la decisión que tomes debe obedecer a tus necesidades y la capacidad económica que tu empresa tenga para poder gestionar y pagar un espacio. Hoy en día las reuniones de trabajo ya no son necesariamente presenciales, y la comunicación en línea y el compartir información a través de la nube nos ha facilitado el trabajar desde cualquier lugar del mundo, pero convivir con nuestros compañeros y otros profesionales nos aleja de la artificialidad de este mundo virtual. Pero como se mencionó anteriormente, es cuestión de cada persona, si trabaja mejor acompañado o en solitario y la disciplina que tengamos al trabajar.
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